1 de octubre de 2014

Arco de Hiedra



La hiedra se retorcía entre los bloques de piedra que trazaban aquel vetusto arco, atravesándolo para formar una mezcla de naturaleza y arquitectura unida en perfecta armonía. Pero había algo vivo en aquel arco que no era la hiedra, una fuerza que tenía tal poder de atracción que imbuía a todo el que lo mirase en una especie de trance inexplicable, como si la voluntad quedase anulada por el misterio que en su interior aguardaba.

Pepe Gallego

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